Notas editoriales

A pesar de que la pandemia de Covid-19 sacudió severamente a la economía nacional y a las industrias que fungen como su motor, en 2020 México se ubicó en el séptimo lugar entre los países con mayor captación de inversión extranjera directa a nivel global.

Por ello, el Gobierno Federal y la iniciativa privada trabajan para que nuestro país despierte mayor interés entre los grandes grupos de capital financiero y que, a través de compañías transnacionales, establezcan nuevos proyectos a largo plazo enfocados en ser parte del crecimiento proyectado en Norteamérica ante la regionalización comercial que se avecina.

La afectación generada por el desabasto de suministros, materias primas y productos procedentes de Asia replantea el modelo de globalización adoptado durante muchos años por países como Estados Unidos, nación que ahora voltea su mirada hacia la proveeduría generada por sus vecinos.

Frente a este panorama, es posible que se presente una recuperación para la economía mexicana en un menor plazo del estimado en el arranque de este año.

Durante su participación en el Foro de reactivación económica: Atracción de inversión extranjera a México, evento organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), Mónica Duhem, titular de la Unidad de Inteligencia Económica de la Secretaria de Economía, se refirió a la importancia de ser el vecino del sur de una de las potencias de la economía global.

“La cercanía con Estados Unidos ha permitido que México haya tenido una recuperación económica más atractiva, pues despierta un atractivo para las cadenas productivas. Además, se tiene un mercado especializado con un número importante de ingenieros que representan un diferenciador para captar inversión extranjera directa”, mencionó.

Además, la funcionaria se refirió a una iniciativa planteada en la Secretaria del Trabajo para asegurar la llegada de mayor inversión, la cual se enfoca en cuatro pilares estratégicos: Promoción, atracción y retención de Inversión extranjera; Promoción de comercio; Cadena de suministro global y Agenda 2030.

“La dependencia ofrece análisis logísticos, de ventajas regionales y competitivas, además de promover al sureste del país como ruta de acceso marítimo hacia al mercado estadounidense a través de sus puertos en el Este”, subrayó.

Por su parte, el Dr. Eduardo Solís, consultor internacional, especialista en comercio exterior y expresidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AIMA), señaló en el mismo foro que en sectores como el automotriz, la recuperación tardará hasta tres años más para alcanzar los niveles de productividad que tuvo antes de la pandemia.

“La recuperación del sector automotriz es lenta y para medirla debe ser con relación a 2019. Ahora, es un desastre ya que su productividad es -22.3%, sus ventas -20.3%, y las exportaciones -21.9%. Por ello, la recuperación será hasta 2024”, enfatizó.

Sin embargo, para el especialista se mostró optimista de que las compañías automotrices pueden darle un envión a la economía.

“La industria automotriz será el motor de recuperación de la economía, pero no se proyectan nuevas inversiones en armadoras a corto plazo.

Las nuevas reglas de origen del T-MEC nos lleva a la desglobalización a cambio de la regionalización. En este sentido la guerra comercial entre Estados Unidos y China nos beneficiará.

El 88% de lo que fabrica el sector automotriz lo exporta en su gran mayoría a Estados Unidos (77%) y en autopartes, para México se le abre un mercador de oportunidades para captar 35 mil 409 millones de dólares”, reiteró.

Sobre la posibilidad de que en México se pueda establecer una planta de semiconductores, Solís lo descartó de manera rotunda.

“Traer una planta de semiconductores equivale a cerca de 4 mil millones de dólares de inversión de los cuales 800 millones de dólares son incentivos otorgados por los gobiernos y en México no existe ese dinero para un proyecto de esa envergadura”, concluyó.